De camino hacia Rozalén del Monte, de frente al parque de “El Pradillo”, en el margen derecho de la carretera, se encuentra la “fuente de los Cuernos”. Tiene dos caños, razón por lo que creemos, que recibió el nombre de “los cuernos”.
La pila es de 1882, tal y como ha quedado inscrito en su parte frontal. El muro fue restaurado en 2007, es un resto de la conducción de agua que siguiendo la carretera iba hasta el convento del Carmen.
El parque de “el Pradillo” forma parte del conjunto de zonas arboladas más destacadas de la localidad. Un sistema efectivo de conducción de agua transporta el agua sobrante de la fuente de “los cinco caños” hasta el río, siguiendo la reguera por “el paseo” hasta el parque, donde desemboca en el río Bedija.
Esta zona del río se denomina “la senda de las huertas”, recordando las huertas que en su día se encontraban en los dos márgenes. Aquí el agua se embalsaba y los regantes seguían un estricto control de días y de horas, para disponer todos del preciado elemento. La huerta más grande era la de D. Fernando, el agua del molino cercano entraba por la parte este, paralela al río y regaba la huerta. Estaba muy cuidada tenía una casa, jardines y paseos.
Más adelante unos metros más hacia arriba, en el mismo margen de la carretera, encontrará unos grandes agujeros en la roca, resultado de la erosión kárstica, conocidos como “los agujeros de la Mora Encantada”, el más pequeño el de la mora y el grande el del moro. Según la leyenda, allí vive una mora encantada, que sale a peinarse a orillas del río Bedija sólo un día al año, la noche de San Juan.
A algo más de un kilómetro de distancia del pueblo, se encuentra el manantial de Fuente Redonda.